martes, 17 de enero de 2012

S0CIEDAD

Imputados los padres de un niño de ocho años con autismo por negarse a llevarlo a un centro de educación especial

Solcom anuncia su apoyo a la causa y mañana informará de las medidas que adoptará al respecto
Ical / Palencia
El Juzgado de Instrucción número 1 de Palencia imputó a los padres de un niño de ocho años con autismo por un presunto delito de abandono de familia, al negarse a llevar a su hijo a un colegio de educación especial, por considerarlo “un trato discriminatorio”, según informó la Asociación Solcom, una entidad creada para la defensa de los derechos humanos de las personas discriminadas por su diversidad funcional y que defiende a los padres del pequeño en la causa.
Asimismo, la organización precisó en un comunicado que se encuentra en trámite un procedimiento especial de derechos fundamentales, en el que dichos padres están defendiendo ese derecho humano de que su hijo sea escolarizado sin discriminación alguna y “ejercitan un derecho humano y lo hacen por los procedimientos legales establecidos”.
La asociación aclaró al respecto que los padres del niño, de ocho años con diversidad funcional, rehusaron “condenar” a su hijo a la “segregación” en un centro de educación especial al que fue enviado de manera obligatoria por la Delegación de Educación de Palencia y ahora se encuentran imputados por un supuesto delito de abandono familiar.
Solcom denunció además la situación “ilegal” y la “violación” de derechos humanos que supone este tipo de "prácticas segregatorias" por parte de la administración. En este sentido, el colectivo afirmó que los niños con autismo ya no deben ser considerados y tratados como enfermos, sino como ciudadanos con derechos.
Representantes de Solcom ofrecerán hoy en Palencia una rueda de prensa para aclarar las circunstancias de este caso y las medidas que van a adoptar.

1 comentario:

Rosa Luna dijo...

Absurdo de absurdos. Todo niño, cualquiera sea su diversidad funcional, debe ser incluido en una escuela regular y no en una especial. Los padres de niños con diversidad funcional debería tener el mismo derecho que tienen los padres regulares de "escoger" la escuela a que desea asistan sus hijos.
Cuando la inclusión escolar no funciona, porque no siempre es efectiva, es mejor optar por la escolarización en el hogar con apoyos externos, y no por la escuela especial en la que la marginación es aún mayor y se suele apostar poco, o nada, por nuestros hijos.